miércoles, 18 de junio de 2008

CHINA,TIBET,OLIMPIADAS.

Al aproximarse la realización de las olimpiadas, se ha desatado una gran polémica. Alrededor del mundo, se proclama, como es posible que se realicen en China,un país que históricamente, ha sido el opresor del Tíbet, cuna de uno de los líderes espirituales más importantes.

Es fácil deducir él porque, se trata principalmente de dos cosas, una, la hegemonía y control total sobre china por parte de del partido comunista y la otra, la estabilidad económica mundial, tan afectada en el primer trimestre del año por la recesión económica del gigante del norte.

El problema de el Tíbet con China ha tomado actualidad en estas dos últimas décadas, ya que algunas celebridades han optado por la religión budista, como un camino valido para el alivio de sus atormentadas almas, además con la realización de Kundun (1997), una película del galardonado Martin Scorsese, que relata la historia del decimo cuarto Dalai lama, el conflicto gano publicidad implícita y un sinnúmero de adeptos a la causa a favor del Tíbet, no olvidemos el FREE TIBET FESTIVAL realizado para crear una conciencia colectiva sobre la supresión de los derechos humanos en el Tíbet por parte del régimen Chino.

Desde el punto de vista del Partido Comunista Chino, la reciente explosión de simpatía y apoyo a la no violencia en el Tíbet no podía haber llegado en peor momento, China se prepara para su presentación en la escena mundial, albergará este verano los Juegos Olímpicos, tendrá la oportunidad de pregonar sus mercancías, demostrar sus espectaculares avances, desplegar la maravilla de sus inmensas ciudades y redes de transporte. China espera demostrar las maravillas del capitalismo y explicar a la burguesía mundial, que observará y enjuiciará atentamente, que está preparada para entrar en el club.

La historia de amor y odio de estos países empieza desde 1720 cuando las tropas chinas expulsaron a los mongoles; los emperadores manchúes consiguieron la soberanía titular sobre Tíbet; dejando representantes y una pequeña guarnición en Lhasa y el gobierno en manos de los Dalái-lama.

Desde 1912, Tíbet de facto ha sido independiente de China. Durante los dos siglos anteriores había sido invadido, ocupado o anexionado por numerosas potencias imperialistas. En un acuerdo entre Gran Bretaña, China y Tíbet en 1914, el Tíbet Exterior, lo que hoy es la Región Autónoma de Tíbet, cayó bajo control chino. Sin embargo, China no interfería en cuestiones administrativas, le daban al Dalai Lama y a su gobierno un cierto grado de autonomía. Los largos años de guerra civil y la guerra con Japón hicieron que el Tíbet fuera ignorado durante mucho tiempo por China y fuera más o menos "independiente".

En 1965 Tíbet fue convertido formalmente en una región de la República Popular China, y Pekín anunció que el territorio tendría que sufrir una firme transformación socialista. Durante la Revolución Cultural, los guardias rojos maoístas intensificaron la persecución religiosa y destruyeron centenares de monasterios y monumentos budistas

Debemos dejar en claro el Tíbet estuvo durante siglo prácticamente sin entrar en el camino de la historia, en aquellos tiempos aún languidecía bajo el feudalismo absoluto. Los lamas y la nobleza poseían toda la tierra, ganado y riqueza

Hay que reconocer el hecho que el Ejército Rojo chino llegó ofreciendo educación, reforma agraria, electricidad e industria moderna. Pero cada pueblo tiene que ser dueño de su propio destino, gestionar sus propias revoluciones, revelarse contra sus opresores, el pueblo de Tíbet debió forjar su propia historia, no que China de manera fraudulenta violenta y poco ética lo hiciera por ellos, el partido comunista en vez de entenderse con el pueblo siempre se entendió con los mandos altos del Tíbet tratando de garantizarles de cierta manera un tipo de control sobre su territorio.

En los años 1978, 1984 y 1994, las autoridades chinas emprendieron etapas de liberalización que coincidieron con un conjunto de reformas económicas las cuales propiciaron una apertura progresiva de su economía. Las dos primeras reformas convirtieron el sector exportador en un poderoso motor del crecimiento, y la tercera dio vía libre a la creación de empresas nacionales. Adicionalmente las reformas de 1994 unificaron los tipos de cambio oficial y del mercado y eliminaron las restricciones a los pagos por el comercio de bienes, servicios y renta; abrieron el sector exportador a la inversión extranjera directa, y reformaron las empresas de propiedad del estado. Las empresas extranjeras, por si solas o asociadas, utilizaron la mano de obra barata pero calificada de China para convertir la zona costera en la “fábrica del mundo” y en un nódulo crucial de la cadena mundial de la oferta. Mientras tanto, las empresas nacionales, libres de onerosas obligaciones sociales y de compartir utilidades con el gobierno, empezaron a invertir en nuevas tecnologías, crecer aceleradamente y buscar nuevos mercados. Con ello, China inició una expansión económica sin precedentes, impulsada por la inversión y las exportaciones.

El Dalai Lama ha dicho abiertamente que no desea la independencia del Tíbet, sólo algún tipo de autonomía para el Tíbet similar a la de Hong Kong. El Dalai Lama representa un sector de la antigua elite tibetana que busca acomodarse con el capitalismo chino, ahora hay grandes oportunidades en China. Sin embargo, esto no será posible. Hong Kong consiguió el estatus especial en la República Popular debido a su inmenso poder económico y al papel importante que juega en la economía mundial.

Una de las contradicciones más importantes del desarrollo del capitalismo chino, su desarrollo desigual e irregular, acaba de explotar en la cara del régimen. El rápido e intenso desarrollo del capitalismo chino se ha dado principalmente en las provincias orientales y en las regiones costeras. Estas zonas han desarrollo inmensas cantidades de riqueza y han visto un ritmo vertiginoso de expansión y desarrollo. Pero en las regiones occidentales y el campo, la infraestructura ha colapsado. Mientras las ciudades y las zonas costeras de China se enriquecían, el campo se empobrecía. La mayor parte de las conquistas de la revolución en el campo han desaparecido o erosionado. Esto ha creado un ejército virtual de "trabajadores inmigrantes", campesinos pobres que llegan a las ciudades, en general encuentran los peores empleos, los peores pagados, creando una subclase extremadamente oprimida. Este proceso de urbanización, a una escala nunca antes vista en la historia, ha creado una serie de contradicciones sociales y económicas en China que sólo es cuestión de tiempo que terminen explotando. El Tíbet no ofrece lo mismo, y la concesión de una verdadera autonomía para el Tíbet por parte de Pekín sólo conseguiría animar a otras regiones a iniciar luchas para conseguir lo mismo.

Se espera que para este año el PIB a dólares corrientes de China supere al de Alemania, colocándose en el tercer lugar a nivel mundial, solo superado por Japón y los Estados Unidos, países a los cuales según varios analistas, se pronostica que superará en el 2015 (a Japón) y en el 2040 (a los Estados Unidos).

Por otra parte la proporción de China en el PIB mundial, medido en paridad de poder adquisitivo, podría pasar del 13% en 2004 al 20% en 2015, esto es, el porcentaje actual de EEUU o de la UE. El peso de China en las exportaciones mundiales de mercancías podría aumentar del actual 7.5% a un 16% en el año2015, esto es, casi tanto como la proporción combinada actual de Alemania y EEUU.

Si EEUU, la UE y sus aliados boicotearan las Olimpiadas, China se enfurecería y se vengaría. EEUU necesita por ahora la cooperación de China, en cuestión de comercio y economía, pero también sus relaciones diplomáticas con Corea del Norte, etc., Ambas partes saben que una de las pocas formas que tendría China para vengarse sería la economía, y nadie quiere esa situación. Todas las partes saben que dependen mutuamente y una represalia económica por parte de China sólo conseguiría debilitar la economía mundial y, por tanto, sus propios intereses. Nadie quiere que se llegue a una situación así, nadie quiere ir por ese camino. Cualquier crisis seria, independientemente de la naturaleza, causaría serios problemas a los mercados mundiales y todo se podría desmoronar. Cuanto más rápido resuelva China este problema, mejor y más contentos estarán todos

A esto hemos quedado reducidos, a un planeta que carece de humanidad, que no le importa la muerte de unos pocos, el silencio de muchos, la apatía de todos.

Queda demostrado, toda revolución se termina al momento que sus líderes prueban dinero y poder, en ese instante el pueblo pasa hacer solamente peón para sustentar su bienestar recién adquirido.